jueves, 24 de mayo de 2012

Los alimentos orgánicos mejoran las funciones cerebrales

La industrialización trajo consigo innovaciones tecnológicas que revolucionaron los procesos, culturales, sociales y económicos, pero éstos cambios también trajeron aparejadas algunas consecuencias en la salud que hace décadas eran a largo plazo, pero que a día de hoy repercuten en la vida de millones de personas.



La producción masiva de alimentos, la sobre exigencia del mercado por conseguir cultivos perfectos, y el cambio cultural que se produjo con el ingreso de la comida express, hicieron que el consumo de productos sanos, sin conservantes ni pesticidas químicos, se convirtiera casi, en comida de culto.

Por ello, muchas personas en la actualidad, han optado por elegir una forma de vida más saludable, y muchos médicos también recomiendan la gastronomía orgánica, para mejorar la salud de sus pacientes.

“Los alimentos orgánicos son los alimentos que siempre existieron. Nuestro organismo, por millones de años, de manera gradual fue adaptándose a sus componentes (minerales, vitaminas, celulosa, hidratos de carbono, proteínas, etc). Pero en estos últimos 50 años, la “revolución” que generó el avance de la química produjo cambios insospechados con una avalancha de agrotóxicos que nuestro sistema inmune y demás mecanismos de adaptación, no tuvieron posibilidad de procesar de manera tal que pudiésemos sobrevivir sin padecer consecuencias nefastas”, explicó el doctor Abelardo Gatica Baudo, Médico con orientación en Medicina Antroposófica. Y continuó: “Sin ir demasiado lejos, hace 20 años en nuestro país se utilizaban 30 millones de litros de pesticidas y herbicidas por año. Hoy esta cifra ha subido a más de 300 millones. Con este modelo productivo que no repara en la salud de los seres humanos, sino en la salud de los bolsillos de las multinacionales, vamos irremediablemente a una catástrofe sanitaria nunca antes vista en la historia evolutiva del hombre. Es urgente que tomemos conciencia de todo esto”.

 “Los productos orgánicos recuperan los sabores originales de los alimentos, lo cual no es un dato menor ya que nos generan una sensación mayor de placer al comer, lo que se traduce en una salud emocional mucho más estable”.
Los alimentos orgánicos y/o biodinámicos brindan un aporte nutricional más completo que los convencionales, contienen entre un 40% y un 60% más de vitaminas, antioxidantes y minerales que los productos convencionales con menos porcentaje de agua. No contienen tóxicos, insecticidas ni pesticidas, los cuales pueden producir alteraciones neurológicas por modificaciones en el nivel de la acetil colinesterasa, además de frecuentes alergias del sistema respiratorio, piel e intoxicaciones alimentarias.
Los resultados hablan por sí solos.

Es que el cambio de hábito alimentario no sólo recae en el consumo de productos orgánicos libres de pesticidas y conservantes químicos, sino que además requiere de un cambio cultural/gastronómico. “Después de 35 años de trabajar con pacientes con las más diversas enfermedades agudas y crónicas –contó Gatica Baudo-, me siento con la autoridad suficiente como para asegurar que no hay límites para los beneficios que se logran consumiendo productos orgánicos y saludables, en cualquier área de la que se trate. Ya sea al tratar una alergia respiratoria aguda o crónica, pasando por todo el abanico de posibilidades hasta llegar a aquellos casos de personas que padecen patologías reumáticas o cancerosas”.
“De hecho –agregó Farina- cada vez son más las personas que deciden cambiar su hábito alimenticio al comprar productos orgánicos. En estos últimos meses la demanda de pedidos ha crecido notoriamente, como así también los buenos comentarios que mis clientes hacen del sabor de los productos que consumen”.

“Es realmente increíble cómo en tan pocas décadas se ha modificado el perfil de consumo mundial. Todo ello estimulado por un marketing muy inteligentemente orquestado por las más grandes firmas dedicadas a comercializar alimentos que, sin piedad, han logrado su cometido: es decir, que seamos cada vez más dependientes de este tipo de alimentos denominados ‘larga vida’, que para mí son ideales para aquellos que desean acortar su vida. Pues un alimento que desde su origen ya está muerto jamás puede proporcionarnos salud, vida y vitalidad. Esto lo podemos razonar sencillamente ya que instintivamente siempre que vamos a adquirir algún alimento buscamos que la carne o el pescado o las frutas y/o verduras sean lo más frescas posibles”, explicó el doctor; y finalizó: “ El consumo desmesurado de panes y bollería en general, elaborados con harinas blancas refinadas donde ya no les queda prácticamente ningún principio nutritivo, sumado a los efectos de los mejoradores y productos anti-moho en los panes envasados; las golosinas de todos los colores imaginables, las carnes de animales criados en establecimientos donde se usan grandes cantidades de hormonas, antibióticos y otros productos antinaturales para el engorde. También los tristemente famosos cubitos para caldos, fiambres, enlatados, mayonesas y una lista interminable de sustancias (no alimentos, porque no alimentan) larga vida”.

Así se concluye que los beneficios de los alimentos orgánicos, se extienden al aparato digestivo, nervioso, e inmunológico, incluso algunos estudios aseguran que al consumirlos diariamente se pueden mejorar alergias respiratorias y psoriasis.

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