ALIMENTOS Y HÁBITOS PERJUDICIALES PARA NUESTRA SALUD

Existe un libro muy interesante titulado "Anti Cáncer" del Dr. David Servan-Schreiber, que me regaló una muy buena amiga y del que intentaré exponer los extractos más interesantes.
Ésta obra es fruto de una experiencia personal del autor, al que diagnosticaron un tumor cerebral con 34 años, y después de someterse a los tratamientos médicos convencionales, tuvo una recaida y a partir de ahí diseñó una  nueva forma de vida, potenciando las capacidades del cuerpo y de la mente, tanto para prevenir la aparición de ésta enfermedad, como para impedir su avance, sin prescindir de la medicina tradicional.



Su propuesta es que todos deberíamos crear una "biología anticáncer", mediante una alimentación adecuada, ejercicio físico, y bienestar psicológico, que refuerce nuestras defensas naturales y nos permita evitar o afrontar ésta enfermedad con éxito.

En primer lugar, sería interesante destacar que deberíamos recuperar la alimentación del pasado, la epidemia del cáncer comienza desde aproximadamente la Segunda Guerra Mundial, y uno de los motivos que se barajan es la nueva forma de alimentarnos, por ello se la considera la enfermedad de los ricos, contra más industrializada está la población más casos de cáncer aparecen.

El cáncer y el azúcar
El cáncer se alimenta del azúcar, el consumo de azúcares refinados se ha disparado, por poner un ejemplo, nuestros genes se formaron en un entorno en el que se consumían 2 kgs de miel al año, pasando en 1830 a 5 kgs al año, y llegando a finales del siglo XX a un consumo de 70 kgs de azúcar al año.
Cuando ingerimos azúcar o harinas blancas, es decir alimentos con alto índice glucémico, los niveles de azúcar en sangre aumentan rápidamente. Para ello el cuerpo libera la dosis de insulina necesaria para que la glucosa pueda penetrar en las células. La secreción de insulina va acompañada de la emsión de otra molécula, llamada IGF, cuya misión es estimular el crecimiento celular, en resumen, el azúcar nutre los tejidos y hace que crezcan más deprisa, pero además tanto la insulina como el IGF, tienen otro efecto y es que potencian los factores de inflamación, que estimulan el crecimiento celular y actúan como un abono para los tumores.

Obesidad
Uno de los mayores misterios de la epidemilogía actual, aparte del cáncer, es la epidemia de la obesidad, La obesidad es uno de los factores más altos de riesgo de padecer cáncer. La relación entre obeisidad y cáncer, es cada vez más evidente, y es ahora cuando estamos empezando a comprender que comparten un mismo origen. No solo por la secreción de insulina, sino también por la naturaleza cambiante de las grasas qeu consumimos.

Las vacas y los pollos comen comida basura
En el ciclo natural las vacan paren en primavera, cuando más exuberantes están los prados de hierba, y dan leche durante muchos meses hasta el final del verano. La hierba de primavera es una fuente especialmente rica en ácidos grasos omega 3, por tanto, estos ácidos grasos se concentran en la leche extraida de vacas criadas en pastos y en  los derivados de dicha leche, mantequilla, nata, yogur, y queso.
Los omega 3, se encuentran también en la carne procedente de vacuno que ha pastado hierba y en los huevos de pollos criados en libertad a base de grano.
A partir de la década de los cincuenta la demanda de productos lácteos y de carne de vacuno aumentó tanto que los granjeros tuvieron que buscar trucos para sortear las limitaciones impuestas por el ciclo natural de producción de leche y reducir el espacio de pastos necesario para alimentar a una vaca de 750 kgs.
Así pues, dejó de sacarse las vacas al prado, y en vez de eso, se pasó a la ganadería en batería.
El maiz, la soja, y el trigo, que se convietieron en los principales alimentos del ganado, no contienen prácticamente ningún ácido graso omega 3, al contrario, dichas fuentes de alimento son ricas en omega 6.
Los ácidos grasos omega 3 y omega 6, se demoninan esenciales, poque el cuerpo humano no puede fabricarlos y por tanto la cantidad de ácidos grasos que presente nuestro organismo dependerá directamente de lo que contenga la comida que comamos, y a su vez, la cantidad de ácidos omega que contiene nuestra comida dependerá de lo que hayan consumido las vacas y pollos que nos comemos.
Si comen hierba, la carne, la leche y los huevos que den presentárn un equilibiro perfecto de omega 3 y omega 6 ( un equilibrio cercano al 1/1), pero si comen maiz y soja, el desequilibrio resultante en nuestro propio organismo llegará a ser de 1/15 y hasta 1/40, en algunos casos.
Nuestro equilibrio fisíológico depende mucho del equilibrio entre omega 3 y omega 6 de nuestro cuerpo, y por tanto de nuestra almentación, y éste equilibrio es lo que más ha cambiado en los últimos años.

La margarina, mucho más peligrosa que la mantequilla
Otro elemento que ha alterado nuestra alimentación para peor desde la década de los sesenta es la aparíción de la margarina y de las grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas.
En los cincuenta cuando se descubrió que las grasas animales incidían en las enfermedades cardiovasculares, la industria alimentaria y muchos nutricionistas aprovecharon su poder de persuasión para alentar el consumo de margarina vegetal industrial en lugar de mantequilla.
Pero pasaron por alto el hecho de que estas margarinas se basan normalmente en el aceite de girasol, con setenta veces más omega 6 que omega 3, aceite de soja, siete veces más, y aceite de colza, con tres veces más de omega 6 que omega 3.
Éste cambio, redujo los niveles de colesterol, pero por otro lado provocó un aumento repentino de los transtornos inflamatorios e incluso, en alguno países, de ataques de corazón.
Pero no solo consumimos mantequillas y margarinas, también consumimos otros productos almenticios industriales, como las galletas, dulces o saladas, los postres preparados, las patatas fritas etc.., que contienen todos grasas vegetales hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas, llamadas grasas trans.

Excesivo consumo de carne
Como bien he comentado antes contra más industrializado esté el mundo occidental más casos de cáncer aparecen, pero hace unos años llamó la atención el caso de Brasil, su nivel de desarrollo seguía siendo bajo, pero su tasa de cáncer era tan alta como la de la mayoría de paises industrializados, y éste fenómeno tenía que ver con el consumo de carne de los brasileños (tres veces al día) y la utilizacion generalizada de toda clase de hormonas destinadas a acelerar el engorde de los animales de explotaciones ganaderas.
Por tanto, en cada país encontramos una relación directa entre la tasa de cáncer y el consumo de carne, fiambre y productos lácteos, y a la inversa, cuanto más rica en verduras, y legumbres sea la dieta de un país menor es la tasa de cáncer que presenta.

Después de todo lo expueto, podemos hacer algunas recomendaciones:

1. Reducir el consumo de azúcar y de harinas blancas, se pueden sustituir por miel de acacia, azúcar de coco, harina de multicereales, harinas integrales, y el pan debe ser elaborado con levadura tradicional, levadura de masa madre)

2. Reducir el consumo de carne roja y evitar los productos de carne de de cerdo procesada. 300 grs o menos a la semana.

3. Evitar por completo las grasa vegetales hidrogenadas (grasas trans), que se encuentran en la bollería.
El aceite de oliva, al ser de origen vegetal es excelente y no estimula la inflamación.
Las mantequillas y quesos que contengan un buen equilibrio entre omega 3 y omega 6, tampoco favorecen la inflamación.

4. Evitar la acumulación de sustancias químicas cancerígenas en nuestro entorno más inmediato.
No se puede vivir sano en un planeta enfermo.

Las sustancias contaminantes que vertemos en nuestros ríos y arroyos, van todas a parar al mar.
Muchas son persisntentes, no se descomponen y la biomasa de la tierra o los océanos no pueden asimiliarlas, así viajan por todo el planeta y en cuestión de unos años lo han recorrido entero y se acumulan en el lecho de los océanos, y así se acumulan dentro del organismo de los animales que las ingieren, por ello se denominan bioacumulativas y liposulubles, se encuentran en la grasa animal.
Primero llegan a las grasas de los peces de menor tamaño, después a la de los más grandes que se han comido a los pequeños y finalmente a los organismos de los animales que se comen a los peces grandes.

El oso polar se encuentra en la cúspide de una cadena alimenticia que está contaminada de cabo a rabo. Pero hay otro mamífero que también se halla en la cúspide de su correspondiente cadena alimentaria y cuyo hábitat está menos protegido aún que el del osos polar: EL SER HUMANO.
La aparición de éstas sustancias tóxicas en nuestro medio ambiente y en nuestro organismo es un fenómeno radicalmente nuevo, data también de la segunda guerra mundial, la producción anual de sustancias químicas sintéticas ha pasado del millón de toneladas en 1930 a los 200 millones de toneladas de hoy en día.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el cáncer de la OMS lleva un listado de todas las sustancias cancerígenas presentes en nuestro entorno. En los últimos treinta años ha analizado 900 sustancias sospechosas.
95 de ellas se han identificado como cancerígenas conocidas (existen suficientes estudios epidemiológicos e investigaciones con animales que confirman la relación causa y efecto).
307 sustancias son consideradas como probable o posiblemente cancerígenas (los estudios con animales son convincentes, pero no se han hecho investigaciones con personas, o bien no son suficientes para demostrar su toxicidad).
497 siguen a día de hoy sin clasificar (lo cual no significa que sean inocuas, aún no se han estudiado suficientemente sus efectos, casi siempre por falta de medios)
Y en muchos casos se siguen utilizando éstas sustancias de manera generalizada, como sucede con el benceno, una conocida sustancia cancerígena presente en la gasolina, determinados plásticos, resinas y colas, determinados lubricantes, tintes, detergente y pesticidas.

Los productos sintéticos desempeñan un papel abrumador en la epidemiología del cáncer de mama, los factores medioambientales tienen un impacto mucho mayor que la predisposición genética, en éste caso hay que tener en cuenta el efecto que producen los pesticidas y los herbicidas presentes en nuestros alimentos, así como en los cosméticos.

Llama la atención que los investigadores encargados de analizar la toxicidad de las miles de sustancias liberadas al medio ambiente se centren casi siempre en analizar cada sutancia por separado.
Se hizo un estudio en el que se emulaban las condiciones de la vida real en un entorno acuático en el que vairas especies de plancton y renacuajos quedaban expuestos a varios pesticidas mezclados, el resultado fue demoledor. Se concluyó que el efecto combinado resultaba considerablemente más tóxico que la simple exposición a cada sustancia por separado.
Tomados de manera aislada y en su máxima potencia permitida, cada pesticida no producía ningún impacto, pero cuando se combinaron diez pesticidas, incluso en dosis aceptables, causaron la muerte del 99 por ciento de los renacuajos.

Bisfenol A
El xenoestrógeno bisfenol A, fue objeoto de un estudio publicado en 2008 de la Universidad de Cincinnati, que confirmaba la potente toxicidad de esta sustancia química.
El bisfenol A (BPA) es uno de los componentes del PVC (cloruro de polivinilo), o plástico endurecido.
El PVC, lo encontramos en el material con que se recubren por dentro las latas de refresco,, con el que se fabrican las tarrinas de plástico de la comida, los hervidores eléctricos, los biberones infantiles, las tazas, los recipientes aptos para microondas, en la cara interior de muchas latas de comida como el atún, judías verdes, conservas de fruta en almíbar, sopas y alimentos infantiles.
Cuando el plástico del PVC entra en contacto con una fuente de calor o con líquidos o alimentos calientes, desprende BPA.
Ésta sustancia fomenta el crecimiento de determinados cánceres y se cuenta con pruebas evidentes de su efecto perjudicial.
Normalmente el plástico blando utilizado en las botellas de agua mineral, está hecho con tereftalato de polietileno (PET), reciclable y no contiene BPA, para comprobarlo aparece un nº1 en el fondo de la botella que indica que está hecha de PET.

Determinados aditivos alimentarios
En 2008 los investigadores demostraron que determinados aditivos alimentarios, presentes habitualmente en nuestra alimentación moderna tenían un efecto inductor del crecimiento del cáncer de pulmón en ratones, concretamente los compuestos por fosfatos inorgánicos.
Actualemente absorvemos una media de 1000 mgrs al día de fosfatos, frete a los 470 mgrs que abosorviamos en 1999.
Podemos encontrar fosfatos en productos cárnicos, productos procesados (con conservantes) de carne de cerdo, algunos quesos procesados, sobre todo en quesos de untar, bollería procesada, en prácticamente todos los refrescos carbonatados, colas y bebidas dulces con burbujas, en los almíbares de fruta, en alimentos elaborados con leche evaporada, como los helados procesados, en comida procesada lista para tomar en particular pizzas congeladas y barritas congeladas de pescado.

Consumo excesivo de carne roja
El riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres premenopaúsicas es dos veces más alto entre las que consumen carne roja más de una vez al día, que entre las que la toman menos de tres veces a la semana. Por tanto el riesgo de padecer cáncer de mama podría reducirse a la mitad simplemente reduciendo el consumo de carne roja.
Y a la misma conclusión se llegó con relación al cáncer de colon, las personas que comen grandes cantidades de carne tienen el doble de riesgo que las que consumen menos de 20 gramos al día y con el consumo habitual de pescado, rico en omega 3, el riesgo se redujo a la mitad.
No se sabe si el riesgo ligado al consumo de carne, se debe a las sustancias contaminantes organocloradas presentes en la grasa de la carne, o se debe al plástico xenoestrogéncico en el que se empaqueta y almacena la carne.

Pesticidas
La Atrazina, por ejemplo, es un pesticida cuyos beneficios económicos son tan suculentos que durante mucho tiempo fue considerado un riesgo aceptable para el medio ambiente y para el hombre, pero la atrazina es también un xenoestrógeno tan potente que es capaz de cambiar el sexo de los peces de los ríos que acaba contaminando.
Un número considerable de tumores cerebrales, son sensibles a los xenoestrógenos.

Teléfonos móviles
Los pocos estudios que han medido los riesgos relacionados con el uso diario de un móvil (durante una hora al día o más) a lo largo de al menos diez años observan que se duplica el riesgo de que esa persona desarrolle un tumor cerebral en el lado de la cabeza en el que se pone el teléfono.
Pero como todavía no hay suficientes pruebas científicas para exigir que se tomen medidas preventivas, lo suyo es que tomemos determinadas medidas de seguridad.

1. Salvo en determinadas ocasiones, no permitir que los niños de menos de doce años utilicen el móvil. Los órganos en pleno desarrollo de los niños y de los fetos, son los más sensibles a los efectos de los campos electromagnéticos.

2. Durante las llamadas telefónicas, hay que procurar mantenerse lo más lejos posible del teléfono, así que siempre que podamos debemos utilizar auriculares Bluetooth, o auriculares normales.

3. En el metro, tren o autobús, hay que mantenerse alejados de quien esté utilizando el móvil y evitar usar nosotros el nuestro.

4. Evitar llevar constantemente el móvil encima.

5. Utilizar el móvil solo para llamadas cortas, lo mismo ocurre con los teléfonos inalámbricos que utilizan una tecnología de microondas, parecidas a la de los móviles.

6. Cambiar de oreja el móvil con regularidad.

7. Eviar usar el teléfono cuando hay poca cobertura o cuando viajamos en tren, coche etc.. porque el móvil está buscando constantemente conexión.

8. Recurrir a mensajes, en lugar de llamadas.

9. Optar por el teléfono con la menor tasa de absorción específica posible (SAR), los listados de niveles de SAR, de diversas marcas de móviles están disponibles en numerosas páginas web.


RESUMIENDO

1. Debemos evitar el consumo excesivo de azúcar y de harinas refinadas, que estimulan la inflamación y el crecimiento celular a través de la insulina y del IGF.

2. Evitar el consumo excesivo de ácidos omega 6, presentes en margarinas, aceites vegetales, como las grasas trans y las grasas animales, carne, productos lácteos y huevos.

3. Evitar la exposición a sustancias químicas contaminantes presentes en el medio ambiente que se acumulan en las grasas animales, y aunque no haya estudios concluyentes evitar el campo electromagnético de los teléfonos móviles.

Productos de higiene y limpieza que hay que evitar

1. Plercloroetileno/Tetracloroetleno en la limpieza en seco.

2. Desodorantes y antitranspirantes que contengan aluminio.

3. Cosmética, chamús, lociones, geles, tintes de cabello, esmalte de uñas y filtros solares que contengan estrógenos o productos de la placenta, parabenos o ftalatos. Ftalatos que hay que evitar, sobre todo DPB y DEHP, Metilparabeno, polparabeno, isoparabeno y butilparabeno.

4. Pesticidas e insecticidas domésticos.

5. Perfumes que contengan ftalatos (prácticamente todos lo contienen)

6. Evitar calentar alimentos o las bebidas de café, leche infantil, en su envase de plástico hecho con PVC, o con poliestireno o con styrofoam..

7. Evitar cocinar en sartenes de teflón cuya base esté rayada.

8. Evitar productos habituales de limpieza, como detergentes líquidos, desinfectantes, limpiadores de WC, que suelen contener alquilfenones, debemos sustituirlos por productos ecológicos o verdes con etiqueta ECOLABEL.









4 comentarios:

  1. Excelente, tratare de conseguir el libro. Gracias

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  2. agradezco enormemente que exista este blog!gracias!!!!

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  3. Hola,

    He desarrollado una app. para moviles que busca la toxicidad de los aditivos en ingredientes con una foto.
    Es multiidioma, gratis y rápida. No te pide tus datos personales.

    Se llama aditfy y está en Google Play.

    Espero que os guste.

    Juan

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