sábado, 5 de mayo de 2012

Nuestro veneno cotidiano

La periodista Marie-Monique Robin, ha destapado en su libro "Nuestro veneno cotidiano", los productos químicos que en pequeñas dosis consumimos a diario con nuestra alimentación.
Es un libro muy interesante y recomendable, porque recopila información y opiniones de científicos independientes, agencias alimentarias y estudios oficiales.



Términos como dimetilpolisiloxano. es un  derivado de la silicona y en las etiquetas nos lo presentan como E-900, y está presente en leches en polvo, ciertos vinos, y zumos de frutas, y ésto es solo un ejemplo, muchos de los alimentos que consumimos a diario contienen productos químicos que los disfrazan con una letra seguida de varios números, lo peor es que la industria alimentaria los considera inofensivos porque según dicen su ingesta supone "Una ingesta diaria admisible" (IDA).

Otro de éstos aditivos permitidos es el aspartamo (E-951), es un edulcorante que endulza 200 veces más que el azúcar de caña y es consumido en todo el mundo por 200 millones de personas, ya que se encuentra en más de 6000 productos como en yogures desnatados, ciertas bebidas lights, e incluso en cereales para el desayuno, básicamente está prensente en la mayoría de los alimentos que indican que no contienen azúcar, y es que éste azúcar lo sustituyen por edulcorantes como el aspartamo y está científicamente demostrado que es dañino para la salud.

Concretamente sobre el aspartamo, se realizó un estudio en 2006 y confirmó que aumentó el número de linfomas, leucemias, y tumores en la población de 1800 ratones que consumían dosis diarias. Sin embargo otros estudios más corporativos, lo defienden frente a las autoridades sanitarias como inofensivo, ya que lo incluyen como producto cuya "Ingesta diaria es admisible".

Éste libro acumula dos años de pesquisas, documentación y entrevistas con investigadores, agencias de regulación alimentaria y análisis de estudios científicos y pone de manifiesto el deterioro que ha sufrido nuestra alimentación desde la segunda guerra mundial.

La periodista desvela que tipo de moléculas químicas consumimos bajo la autorización de las agencias alimentarias y ataca directamente las prácticas de dichas industrias.

Cada vez que surge un informe en contra de un aditivo por parte de un investigador independiente, las multinacionales lo contrarrestan con otro favorable a sus intereses económicos, sembrando la duda y la falta de veracidad. ¿Quién miente...?

El libro también hace un recorrido, sobre el uso de pesticidas para salvaguardar las cosechas , cruzando datos con ciertos estudios, que indican que el incremento del uso de ciertos pesticidas y moléculas químicas están relacionadas con el aumento de cáncer y enfermedades neurológicas, como el Parkinson y el Alzheimer.

Según la autora "Tenemos que retomar las riendas de lo que comemos, para que nos dejen de inflingir pequeñas dosis de venenos que no presentan ninguna ventaja".

Por último me gustaría destacar una frase de Paracelso, sobre algunos fragmentos del libro de Robin, "Solo la dosis hace el veneno".







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