Los alimentos light no son milagrosos ni favorecen la reducción de peso;
contienen aditivos, vegetales o sintéticos, cuyo consumo cotidiano puede
traducirse en algún problema de salud en órganos clave, como los riñones,
advierten especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Este
tipo de productos deben consumirse con moderación y sobre todo evitarse en las
etapas del crecimiento: infancia, adolescencia, embarazo o lactancia, ya que son
periodos de la vida en los que se requiere un mayor aporte de carbohidratos,
grasas y proteínas.
En ningún momento puede considerarse que su inclusión
en la dieta permitirá bajar de peso. Ciertamente contienen en promedio 30 por
ciento menos calorías, grasas, sodio y azúcares que los normales, pero una baja
ingesta de estos componentes podría traducirse en hipertensión, desórdenes
gástricos o afecciones en el sistema renal.
Se agrega que personas con
diabetes o problemas cardiovasculares, que requieren controlar el aporte
energético en su alimentación, pueden usar como complemento aquellos con bajo
contenido de azúcar y grasas, pero siempre deberá ser bajo prescripción médica.
El IMSS reitera que es importante identificar qué tipo de producto es,
para lo cual se sugiere leer la etiqueta y conocer qué aditivos se le han
añadido con la finalidad de modificar algunas de sus características, y así
determinar si es conveniente incluirlo en las comidas o no.
Es común que
en estos productos el azúcar sea sustituida por fructosa o sacarina, que al
entrar en el cuerpo se convierte, precisamente, en
glucosa.
Nutricionistas del IMSS explican que se llaman dietéticos a los
productos en que se han reducido grasas, kilocalorías o sodio, mientras que los
bajos en grasas tienen un contenido menor de éstas (hasta el 30 por ciento) que
el producto regular.
Sin embargo, añaden que el proceso industrial al que
son sometidos hace que muchos de éstos tengan en realidad un gran aporte
calórico. Tal es el caso de algunas leches, cremas, mantequillas, panes,
cereales y postres.
Cuando médicos del IMSS recetan a sus pacientes un
régimen alimenticio, éste se otorga por escrito, individualizado, apegado a sus
hábitos alimenticios y con variedad de productos naturales, preferentemente
frutas y verduras de temporada.
Para llevar una dieta adecuada sin
recurrir a los productos light se debe retirar la grasa de los alimentos
naturales, ingerir aquellos que tengan mayor cantidad de fibra y beber un
promedio de dos litros de agua al día.
Fuente: oem.com
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